Comunicación Social, Clase de Periodismo, 2018
En Honor a la Presunta Inocencia
Por: Ana María Hincapié y Daniel Alejandro Rojas.
En honor a la verdad, libro escrito por la periodista colombiana Vicky Dávila que se publicó después del escándalo de ‘La Comunidad del Anillo’ y la red de prostitución dentro del cuerpo de la Policía Nacional y la consecuencias legales y labores que obtuvo la comunicadora por su investigación en el caso. El texto nos muestra las razones desde el punto de vista de la bugueña e intenta reflejar su inocencia describiendo el proceso que invirtió con su equipo de trabajo de la FM.
No podemos negar que aquel proceso investigativo trajo respuestas a los rumores que se tenían hace años sobre una posible red de prostitución masculina homosexual a cambio de favores políticos, personales o asensos laborales. Vicky como buena periodista nacional dio a conocer lo que sería el estallido de la investigación; un video que contrajo controversia por sus altos contenidos de información y lenguaje sexual y que por ende recibió fuertes críticas por parte de la sociedad colombiana, colegas y grandes funcionarios políticos de la época.
“Pero si lo edito, seguramente me hubieran acusado de alterar o haber manipulado una prueba” (En Honor a la Verdad , 2016) Esta afirmación, es la respuesta a quienes la juzgaron por su ética periodística al publicar el producto audiovisual tal cual como lo entrego el denunciante Ányelo Palacios donde compartió protagonismo con el ex senador del partido de la U Carlos Ferro.
Gracias al polémico vídeo que fue la parte tan juzgada del informe; el caso de la demanda y sus victimarios quedaron en un segundo plano para que en última estancia los protagonistas fueran Vicky y su forma de actuar en el proceso y del cual ella recibió todo el peso de la crítica y de la opinión pública, política y periodística. Podemos rescatar la valentía en su labor, que sin importar el peso de sus acciones siguió firme en demostrar la verdad de los hechos, el riesgo a perder su trabajo y sus alianzas en el medio e ignorando el favor por parte de su jefe directo en no publicar el texto literario.
Por otro lado, no cualquiera es capaz de levantar su voz contra el mandatario del país para afirmar las chuzadas y los seguimientos a periodistas; defendiendo a todo el gremio sin tener en cuenta que su defensa no era mutua.
De todo lo anterior y lo que se expone en doscientas treinta páginas nos lleva a preguntar ¿será que los actos de Vicky realmente fueron los mejores? Hay que tener en cuenta que la mayor queja fue exponer frente al ojo público un contenido que se podía mal interpretar, que si se analiza son catorce minutos con cincuenta seis de los cuales solo unos pocos contiene lo necesario para registrarse como evidencia. Su error se puede considerar en no editar lo necesario para una publicación verídica y sin que esta cambiara el verdadero curso de la denuncia.
Según el libro, para Vicky se entendía la relación del contenido con las ya anteriores denuncias teniendo en cuenta el contexto entre los funcionarios: el mencionado senador y el oficial de la Policía dentro de un carro del estado. Argumento que careció en todo sentido teniendo en cuanta que la validez de la conversación no era suficiente y que muchos no la entendieron. Por más que las intenciones de Dávila era revelar la verdad, parecía más en revelar una identidad sexual.
En cuanto a las declaraciones de las chuzadas, si estas eran la prueba suficiente de que ella y otros periodistas los estaban siguiendo y violando su derecho a la intimidad, no era necesario declaraciones que hacían perder su credibilidad como lo que realizó al expresidente Santos “le recuerdo que usted dentro de tres años se va y si Dios lo permite yo seguiré siendo periodista” (Dávila, 2016) donde mostró su estado de ánimo y no la realidad de la problemática.
Para terminar, el texto en una pequeña parte defiende a los verdaderos implicados y victimas del caso y el resto de sus palabras son una larga transición de decisiones que la afectaron a ella y su entorno, en donde solo se defiende su carrera profesional y su inocencia frente a la polémica; en pocas palabras muestra un “Yo” un ego como figura pública y la constancia de que su nombre es libre de lo que se le juzgó.